Hace unas semanas le contaba a una compañera la idea de #dibujamelas y le animé a sumarse al proyecto. Muy convencida, me contestó: "Es que no sé dibujar. Hay gente que nace con genes y yo no los tengo." Y no es el único que opina así. Muchos adultos parece como si hubiéramos olvidado hábitos que en edad infantil era un placer practicar y que con el tiempo los tachamos de "cosa de niños". Incluso la novela gráfica es para una amplia mayoría un formato literario propio de adolescentes.
Quizá por esta razón (y otras más), los docentes hemos desechado de entre nuestro baúl de recursos el dibujo como herramienta didáctica, no solo para que nuestros alumnos la practiquen en los proyectos o tareas de aula, sino para que nosotros, los docentes, también hagamos uso de ella para diseñar nuestros propios proyectos educativos o visualizar ideas, eventos,... Es difícil enseñar aquello que no has aprendido previamente. Es más que probable que si te entrenas en #visualthinking acabes viendo el enorme potencial que posee para aplicarlo en tu aula.
Les pedimos a los alumnos que dibujen, pero casi siempre como un ejercicio lúdico y extraescolar (es muy habitual recurrir a él para calmar a los alumnos o adornar la clase); véase la fama que ha adquirido el mandala como instrumento de relajación.
Quizá muchos de los que os habéis sumado a este proyecto -como le sucede al personaje del dibujo que ilustra esta reflexión- tendréis a estas alturas una sensación contrariada. Por un lado os atrae la idea -dibujar es un placer, y engancha, no lo dudéis-, pero tenéis miedo a quedar mal ante tanto artista, luciendo dibujos increíbles, o a no saber dar la talla. Os sentís torpes y no sabéis bien cómo meter mano a este reto.
Bueno, pues sabed que no sois los únicos. Todos hemos empezado así, incluso aquellos que lucen su maestría. Para mí también esto del #visualthinking era un auténtico desconocido hace unos años, y solo el año pasado empecé a entenderlo y ponerlo en práctica, primero yo mismo y después animando a mis alumnos a ponerse manos a la obra. No como un mero ejercicio estético de dibujo, sino como una potente herramienta educativa que ayuda a analizar, sintetizar y organizar ideas y proyectos.
El primer reto es perder el miedo y lanzarse a la piscina sin flotador. Después toca practicar mucho y aprender de los que saben.
Os recomiendo (recordad, soy un iniciado):
- Garabatear mucho a lápiz (sin apretar), hacer muchos bocetos de la idea que queréis plasmar. Si no tenéis claro un dibujo, tirad de san Google; pones, por ejemplo, "sombrero dibujo" y tienes muchos modelos a elegir. Cuando hayas dibujado diez sombreros, ya no tendrás que tirar del comodín; te saldrán sin más.
- Lo más importante es que la idea sea clara, no que la hayas dibujado bien. Obsesionarte por si estás o no haciendo un buen dibujo te despista de lo esencial: que quien vea tu #visualthinking lo entienda bien.
- Para perfilar, comprad un rotulador negro fino, de 0,2. Yo tengo también otro de 0,4 y 0,8, para otros trazos más gruesos.
- Para colorear, yo utilizo rotuladores Koi Coloring Brush Pen (son los preferidos de Garbiñe), que dan un efecto acuarela excelente, pero podéis también usar Stabilo (Pen 68) u otra marca, de grueso medio.
- Copiad de los que saben. Mirad bien sus dibujos, observad cómo organizan la información, qué iconos utilizan para expresar flujos de información y comenzad con una prueba sencilla, sin complejidades. Si te sale, complícala, y así hasta que hayas viéndote más suelto. Creedme lo que os digo, en unos meses se nota la diferencia respecto a cuando empezasteis. Quien lo probó lo sabe.
Así que ya sabéis, nada de miedos ni complejos. Estáis en familia. ¡A dibujar!
Mi consejo es que os acostumbréis a dibujar sin lápiz, directamente a rotulador. Yo hago facilitación gráfica en directo de charlas, comferencias... y no cabe de dibuje a lápiz. Pero aunque no sea en directo, dibujar sin lápiz creo que ayuda más a la inmediatez y a la conexión del cerebro con nuestra mano...
ResponderEliminarLos mejores rotuladores son los que tienen base de agua (no de alcohol), porque si os animáis a dibujar sobre pared, en soporte grande y en vertical (esto también lo recomiendo: no es lo mismo dibujar mano-muñeca que mano-brazo cuepo-cerebro) no traspasa.
Buenos rotuladores para ello: los neuland que son específicos para Visual Thinking (desventaja: caros); ventaja: recargables); Posca (desventajas: no se recargan. Tienen textura de acrílico, demasiado líquidos y pueden dar sustos; ventaajs: muy buenos para grandes tutulares. colores muy brillantes); Giotto (son escolares. Al agua. Colores bonitos y baratos).
Gracias, Mercedes, por la recomendación. Tomo nota. Lo del dibujo inmediato es como la escritura; bien, pero al final hay que hacer borrones hasta dejar claro lo que quieres. Aún así practicaré, lo prometo.
Eliminar¡Gracias chicos!
ResponderEliminarA mi en cuanto a rotuladores, para hacer bocetos rápidos o para colorear me gustan los Copic. Tiene doble punta, una tipo pincel y la otra punta es biselada. Aunque en el día a día, cuando tomo notas con dibujos suelo usar lo mismo que uso para escribir y siempre llevo a mano stabilo de varios colores.
Gracias, Isabel, por la recomendación. Tomo nota.
EliminarEste dibujo me gusta mucho Ramón!! También el mensaje de ánimo para los que no se atreven
ResponderEliminarY dais consejos y todo de los rotuuuuus!! Ay que majos!!! :´D ¡GRACIAS!
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