Els Viatgers




Primero quedé algo desconcertado con el segundo reto. Tenía claro que el desafío, una vez superado el pavor, tenía que estar relacionado con el balance de un grup de este primer trimestre. Les propuse experimentar la autogestión educativa. El motivo es que era un grupo que abrimos la horquilla de niveles para que pudiéramos llegar  al mínimo de alumnos que se nos exige.

Primero, desconcertó cuando negocié la metodología con los alumnos. Surgieron los primeros temores y desconfianzas. Los alumnos que tuve en el curso pasado se acobardaron al descubrir que la mayoría de compañeros tenía un nivel oral muy superior al suyo. Sin embargo, a medida que transcurría el curso, comprobaron que algunos tenían más conocimiento gramatical que los que poseían un buen nivel oral. Creo que comprobaron las ventajas de la heterogeneidad.  De un lado, tenían que confiar unos con otros. El segundo es que cada uno podía aportar algo al grupo. Se repitieron más momentos similares, lo cual consolidó más al grupo.

Apostamos por un aprendizaje informal. Primero, nos constituímos como grupo. Elegimos un nombre, una imagen y el texto de presentación nos sirvió para practicar una tarea de redacció colaborativa. Organizamos grupos que diseñaron proyectos, acordaron los criterios evaluativos. Los diferentes equipos propusieron cómo participaríamos en el proyecto colaborativo de Los huertos literarios, organizaron un debate sobre la privacidad y la seguridad en Internet, elaboraron un vídeo para que cada alumno se presentara, editaron un reportaje sobre la experiencia de la autogestión educativa y un vídeo para entender el proceso constituyente que se abría después de las elecciones del 27-S.

También acordamos que cada día habría un secretario que se encargaría de escribir una acta de la sesión. Esto nos permetía analizar como máximo cinco errores. Así es cómo desarrollábamos el programa del curso: en función de los errores de los alumnos. Para fomentar el aprendizaje a partir de los errores, establecimos  en cada sesión un espacio de homenaje al secretario de sesiones anteriores. Se le otorgaba un emblema y el resto de compañeros le aplaudían. Era para agredecerle que nos ayudaba a resolver dudas.

Creamos una comunidad en Google+ para poder consultar las actas, la revisión de los errores y creamos un apartado donde publicábamos los productos finales de los respectivos proyectos. Finalmente, después de que cada equipo presentara su proyectos, organizamos una sesión evaluativa. Cada alumno buscó una imagen que respondiera a tres preguntas para valorar la experiencia. Después de exponer su balance, le obsequiaba con una bola de Navidad. Tenía un mensaje personalizado de agradecimiento por mi parte en que le destacaba algun fortaleza. Ha sido una experiencia increíble.

Planteo la secuencia visual de este curso en diez postales que reproduzca los momentos más impactantes de la experiencia. Optaron por el nombre de Els Viatgers (Los Viajeros) ya que leímos un decálogo de una agencia de viajeros, gracias a Joseluis Gnzlz. Siento haberme extendido con la experiencia. Hubiera preferido plantear las dudas que he tenido a la hora de plasmar el proceso.



Tras este relato, no tiene que extrañar que escoja como palabra del año: PODER. Me inspiró tras finalizar la lectura de Álex Rovira Los siete poderes. Un viaje a la tierra del destino. Es importante que ayudemos a que cada alumno sepa emerger su potencialidad.

Jaume Sans

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